Parece que la literatura peruana empezara con Melgar. De los escritores anteriores al cantor de Silvia poco o nada se sabe. Y esta ignorancia voluntaria es muy justificable, porque las letras coloniales, jadeantes farragosas e indigestas, son una invitación al sueño. Contribuye, también, a olvido tal, la escasez de obras críticas acerca de los escritores del Virreinato, ya que las que existen son harto difíciles de adquirir o demasiado antiguas y por tanto, incompletas. Solo Menéndez y Pelayo y Medina han llevado a cabo obra seria, concienzuda, erudita, sin escatimar esfuezos, malgastando talento y energía en escudriñar libros insignificantes o soporíficos infolios, en hurgar aterradores archivos en los que se halla reunido lo más soso y difuso que ha producido el ingenio humano: nuestra literatura virreinal.